¿Recuerdas que hace unos meses estábamos terminando nuestra planeación para este año? ¡Cuántas cifras, cuánto análisis, cuánto trabajo! Pues tenemos malas noticias… hay que comenzar de nuevo. Solo que ahora hay que adicionar un ingrediente más: incertidumbre. Dicen por ahí que la única constante en la vida es el cambio. ¡Nada más cierto en estos días!
Todo el tiempo estamos cambiando, nos guste o no. Cambiamos de niños a adolescentes y después a adultos. Cambiamos al comenzar un nuevo empleo, al graduarnos de la escuela (o abandonarla), al elegir una pareja, al convertirnos en padres, el enfrentar una pérdida… Efectivamente el cambio es una constante inevitable, solo que nuestra capacidad de adaptación al mismo es otra historia.
¿Tenemos que comenzar a maldecir a todos los dioses por obligarnos a la adaptación? En absoluto. Tal vez deberíamos estar agradecidos con ellos por brindarnos la oportunidad de detener nuestra “carrera de la rata” parafraseando un poco a Kiyosaki (conste, solo un poco, sin fanatismos). Probablemente ya estábamos acostumbrados a nuestra rutina diaria y necesitábamos una fuerte sacudida para despejar nuestra mente y nuestro espíritu.
Pues bien, te proponemos sacar beneficio de esta sacudida y hay que aprovechar esta disminución de la actividad para repensar y replantear tu negocio. Y ya que invocamos al prefijo “re” que denota repetición, pues arremángate la camisa (o blusa) y Revisa, Redefine, Reorienta y Recupera lo que deberías estar haciendo en tu empresa. Bauticemos esta tarea como “4Rs. Defendiendo mi negocio”. Para comenzar con la defensa, en esta entrega nos enfocaremos solamente en la primera “R”: Revisa.
REVISA. Analiza cuáles son los verdaderos problemas que enfrenta tu negocio. ¿”Verdaderos” problemas? ¿Acaso existen los problemas “imaginarios”? Desafortunadamente sí, frecuentemente ponemos problemas donde no los hay, los inventamos. No se trata de que tengamos una imaginación muy fértil y por eso busquemos problemas para pasar el rato, lo que sucede es que le ponemos ese nombre (problema) a todo lo que nos parece difícil, complejo, dañino. Estamos mirando al problema como una causa y no como lo que realmente es: un efecto, una consecuencia.
Una buena herramienta para analizar y resolver problemas es precisamente el llamado “Método de análisis de casos” o simplemente “Método del Caso” creado hace 100 años por la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard y cuya metodología podemos resumirla de manera muy sencilla y práctica como: primero analizar los hechos relevantes, después definir el problema a resolver y finalmente diseñar una solución específica. En ese estricto orden.
Si nos apegamos a este método, entonces la disminución en las ventas en nuestro negocio en estos días no es un problema sino un hecho relevante. Ahora tendríamos que preguntarnos cuál es el verdadero problema y encontraríamos que no vendemos porque los clientes ya no vienen a comprar (éste es el problema, es la causa raíz). Una posible solución: ir nosotros hacia el cliente. Si continuáramos viendo la baja en las ventas como un problema y no como un hecho, probablemente sería más complicado encontrar una solución.
Otro ejemplo de distorsión es cuando creemos que no tener dinero es un problema cuando en realidad se trata de un hecho relevante. El verdadero problema es que quizás gastamos demasiado y por eso no contamos con liquidez suficiente. Una posible solución sería planear mejor nuestros gastos.
En estos días tan fuera de serie nos parece evidente que la causa de muchos problemas es un virus. En especial lo hacemos responsable de la crisis económica que comienza y que todo indica será la madre de todas las crisis desde la Gran Depresión de 1929, según lo afirma la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
Efectivamente el virus desencadenó una serie de acontecimientos desafortunados pero no debemos considerarlo el problema a resolver sino solo como un hecho relevante para poder concentrar nuestra atención en la búsqueda de los verdaderos problemas. En las siguientes entregas revisaremos con mayor detenimiento las otras “Rs” para continuar defendiendo tu negocio, pero no de un virus, sino de los contratiempos “normales” que todo empresario enfrenta.
En Spechi sabemos detectar y resolver problemas. Conversemos acerca de lo que sucede en tu negocio y permítenos ofrecerte alternativas a tu medida.